Entrevista al  Simón Cano Le Tiec, filósofo, antropólogo y activista queer

Entrevista al Simón Cano Le Tiec, filósofo, antropólogo y activista queer

Hoy entrevistamos al filósofo, antropólogo y activista queer Simón Cano Le Tiec @scletiec . Con motivo de la controversia surgida a raíz de la eliminación de la letra Q+ de las siglas de la Comunidad LGTBI durante el 41º Congreso Federal del PSOE, hemos considerado que podría ser un buen momento para arrojar algo de luz sobre lo que es la identidad Queer.


¿De dónde procede la palabra “Queer”?

Originalmente era un término inglés empleado para designar, de manera peyorativa, a toda aquella persona que se saliera de la norma establecida. Para algunos, su origen se puede rastrear entre los siglos XVIII y XIX, cuando la heterosexualidad representaba el pilar fundamental de la sociedad. “Queer”, que se podría traducir como “raro”, se usaba para señalar a las personas que no eran heterosexuales o cuya apariencia no parecía poder etiquetarse con los conceptos de “femenino” o “masculino”. También podía decirse que alguien era queer si vagabundeaba por las calles, se mezclaba con trabajadores sexuales o incluso si tenía algún tipo de deformación o discapacidad.

¿Cuál es el sentido que tiene hoy en día ese término?

Como otras palabras despectivas, “queer” ha sido reapropiada por las personas a las que solía ir dirigida en señal de reivindicación. Esto no habría sido posible sin una toma de conciencia general de lo que significó en su momento. Ahora mismo, este término designa un tipo de identidad que sigue siendo complicada de clasificar con los parámetros tradicionales y que hoy en día podrían catalogarse como todavía vigentes: por ejemplo, cuando tu expresión corporal o estética cabalga entre lo masculino y lo femenino sin poder ofrecer una respuesta clara, eso es ser “queer”. De todas formas, creo que no se puede comprender del todo lo que significa hoy en día sin apelar a la reflexión filosófica y antropológica, que es la que pone en duda la existencia de los géneros y de la dualidad hombre/mujer.

¿Es posible que esa ambigüedad entre lo masculino y lo femenino haya generado cierto malestar en algunos sectores del feminismo?

Como en casi todas las posturas filosóficas, hay una vertiente más extrema y una vertiente más moderada de la Teoría Queer. Las más extremas pueden llegar a afirmar que el desarrollo de la ciencia que conocemos como Biología ha empleado la división hombre/mujer para perpetuar diferencias sociales entre ambos, por lo que ya no se cuestiona que exista o no lo masculino y lo femenino sino que exista el hombre o la mujer. Si no existe el hombre o la mujer, cualquier persona puede autodeterminarse a placer, y para algunos sectores del feminismo esto implica que hombres que se autoperciben como mujeres ocupen posiciones que deberían ocupar las mujeres. El caso más sonado, probablemente, sea el de las categorías deportivas. Estas ideas chocan directamente con algunas teorías feministas, aunque no puede asociarse a la Teoría Queer de manera exclusiva con su vertiente más extrema; de hecho, tanto al Teoría Queer como la Teoría Feminista se han retroalimentado. Por ello es muy importante difundir al gran público qué es realmente ser Queer, que no significa necesariamente autodeterminarse como mujer, sino simplemente entender que hay comportamientos, estéticas y formas de relación que no pueden encasillarse con los códigos más tradicionales.

Antes has dicho que ser queer implica una toma de conciencia ¿a qué te refieres con eso?

Tiene mucho que ver con la influencia de la Filosofía. Decía Stendhal que “la diferencia genera odio”. Desde la reflexión filosófica contemporánea se ha entendido que usar determinadas palabras para referirnos a ciertas personas o comunidades tiene un efecto social: se señala a alguien, se le diferencia y se le puede excluir. La Teoría Queer, cuyo origen podríamos situar alrededor de los años 80, se reapropió del concepto “queer” para arrebatarles, a los que nos señalaban, de la herramienta que tenían para situarse por encima de nosotros, nosotras y nosotres. Por eso digo que lo queer no se puede entender únicamente como identidad, sino como un proceso reflexivo en el que uno es consciente de la diferencia propia y de cómo la sociedad puede excluir a quien considera extraño.

Entonces, me surge la siguiente pregunta ¿acaso no son todas las personas de la Comunidad LGTBIQ+ “queers”?

Muy buena pregunta. El punto de vista que yo defiendo es precisamente ese: cualquier constituyente de la Comunidad es Queer en la medida en que ha sido víctima de la diferencia y el señalamiento y ha tomado conciencia de ello. Gays, Lesbianas, Transexuales, Intersexuales, Personas No-Binarias responden a los motivos por los que, en otra época, los llamaban “queers”. Por eso es tan irónico que se plantee el borrado de una letra (la Q) que podría englobar a todas las demás.

Muy interesante Simón. En este mundo tecnológico y digital ¿tienes algún canal de difusión de todo lo que nos comentas, donde nuestros lectores puedan ampliar información?

Tengo un canal de Youtube donde trato de abordar estas cuestiones. En él subo mis intervenciones en televisión y radio, comentando mi enfoque sobre la Diversidad, que está compuesta de personas a las que a veces, precisamente por que son diferentes a las demás, son discriminadas o tratadas de una forma que degrada su estatuto como persona. Además de eso, cuento con diversos artículos publicados, fácilmente rastreables en Google.